Disfrutar de un cochinillo asado acompañado de un buen vino es todo un homenaje para los sentidos. Una apuesta segura para los amantes de la buena mesa. Éste asado lo podemos comer en San Lorenzo de El Escorial durante todo el año. Pero especialmente durante este mes de marzo en el Asador del Rey (Calle Floridablanca, 10), que celebra las XII Jornadas Gastronómicas del Cochinillo Asado.
Comer en un restaurante de San Lorenzo de El Escorial es, además, hacerlo en un entorno inmejorable. Desde la terraza del Asador del Rey, las vistas del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y el entorno Patrimonio de la Humanidad suponen un plus a la hora de apostar por disfrutar de un cochinillo asado. Un plato que, a lo largo de su legendaria historia, ha recibido varios nombres. Todos válidos.
Cochinillo asado: tostón o lechón asado
Al cochinillo asado, denominación moderna que es la que goza de mayor predicamento en los fogones castellanos en estos momentos, se le llamó en tiempos tostón asado. Nombre que convivió con la de lechón y que, en puridad, hace referencia al cochinillo antes de ser asado.
Larga tradición en Castilla
Plato con una larga tradición en los hornos de Castilla y especialmente en Segovia y su zona de influencia. De cuyo alfoz formó parte durante siglos estas tierras ‘allende’ de la Sierra de Guadarrama. Se cocina al modo tradicional, como se ha hecho siempre. Con el horno de leña caliente, en un recipiente de barro y con agua y sal hasta conseguir una piel de una textura crujiente. Una de las características distintivas de este plato y que lo convierten en un manjar. Unas señas de identidad que hacen de este asado un plato único, y diferente.
Como plato tradicional, su origen se remonta a los tiempos en los que la Península Ibérica estuvo dominada por las legiones de Roma. Ya hay crónicas que hablan de lechones asados en las mesas de las legiones asentadas en la zona central de la Península. Pero al igual que sucedió con el cordero asado, otro plato de gran tradición, no cogió fama hasta el siglo XVIII y XIX. Fue entonces cuando se empezó a popularizar entre diferentes sectores de la sociedad. Aunque no fue hasta mediados del siglo XX, y con el epicentro en la ciudad de Segovia, cuando el cochinillo asado se convirtió en un plato popular, al alcance de todos.
En la Sierra de Madrid, el cochinillo asado siempre ha tenido predicamento y seguidores amantes de la buena mesa. Por eso, estas Jornadas del Cochinillo Asado que se celebran en San Lorenzo de El Escorial son una buena opción para descubrir o redescubrir un plato de primer nivel.